La posibilidad de una isla
Durante la primera parte de tu vida, no te das cuenta de tu felicidad hasta que la has perdido. Luego llega una edad, en que sabés en cuanto empiezas a vivir algo feliz, que acabarás perdiéndolo. Cuando conocí a Belle, comprendí que acababa de entrar en esa segunda edad. También comprendí que no había llegado todavia a la tercera, la de la autentica vejez, cuando el hecho de preveer la pérdida de la felicidad impide incluso llegar a sentirla.
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